La Red Latinoamericana para la Reducción de Contaminantes Climáticos de Corta Vida (RACC) creada como resultado de los compromisos voluntarios de Río+20, está conformada por  organizaciones de la sociedad civil latinoamericanas con capacidad de incidencia en políticas públicas nacionales, regionales y globales.

Los contaminantes climáticos de vida corta son contaminantes que permanecen en la atmósfera por un periodo máximo de 15 años. “Esta es una gran oportunidad de incrementar el conocimiento y la acción sobre estos contaminantes climáticos que no sólo influyen notablemente en el calentamiento de la Tierra sino que su eliminación produce importantes beneficios en la salud y calidad de aire de los habitantes de las zonas donde se adoptan las medidas” expresó Romina Picolotti Presidente del Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA).

La RACC focalizará sus esfuerzos en la reducción del Hollín, Metano, Ozono Troposférico e hidrofluorocarbonos (HFCs). Medidas de control y mitigación de estos contaminantes de corta vida puede:

  1. Producir rápidamente enormes beneficios en la salud, sólo el hollín mata 1.6 millones de personas por año;
  2. Retardar fuerzas climáticas equivalente a 4 o 5 décadas de emisiones de CO2;
  3. Beneficiar la producción de alimentos, se estima que se pierden 25 millones de toneladas anuales por la presencia excesiva de ozono troposférico

En este sentido, los objetivos de la RACC son: Promover políticas públicas de control y monitoreo de contaminantes climáticos de corta vida; fortalecer el trabajo que cada una de las organizaciones de la RACC realiza a nivel local, regional y global; promover el intercambio de experiencias y estrategias para incidir en políticas públicas en esta área; y coordinar una estrategia regional sobre contaminantes climáticos de corta vida.

“Desde la RACC esperamos trabajar con los gobiernos para encontrar e implementar soluciones efectivas lo antes posible, por el bien del planeta y de la salud de las personas” sostuvo Astrid Puentes Riaño, Co-directora de  la  Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). “Muchas de estas soluciones ya existen, sólo se necesita la voluntad política de nuestros gobernantes para llevarlas a cabo”.

Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), consideró que la RACC contribuye a fortalecer el marco legal e institucional para combatir el cambio climático. Añadió que “además de la Ley General de Cambio Climático que México acaba de publicar, el país requiere trabajar también a nivel de políticas públicas para la reducción de estos agentes; por ejemplo con la distribución de combustibles limpios que ayuden a reducir el hollín negro proveniente en buena parte del diesel sucio que se consume a nivel nacional, y que tiene afectaciones en la salud”.

La RACC será coordinada los primeros 3 años por Fundación CEDHA. Sus integrantes son ISSRC, IEMA, IDEA, AIDA, CEMDA y CEDHA.

Para más información contactar a:

Dra. Romina Picolotti

[email protected]