Por Denis J. Sonwa
Investigador, Centro para la Investigación Forestal Internacional

Fuente: CIFOR

Las respuestas al cambio climático se agrupan en dos categorías principales: mitigación (reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático) y adaptación (ajuste de los medios y los estilos de vida debido al cambio climático). Entre las estrategias de adaptación, la adaptación basada en ecosistemas (EbA, por sus siglas en inglés) es un enfoque que promueve formas de utilización de los recursos naturales y la biodiversidad que ayuden a desarrollar estrategias de adaptación para las comunidades vulnerables. En este contexto, estudios recientes destacan el papel que los bosques de la cuenca del Congo desempeñan en la generación de precipitaciones, tanto en la región como en todo el continente.

La lluvia en un ecosistema se origina a partir de tres fuentes principales: la humedad presente en la atmósfera, la humedad que viene de fuera de la región, y la evapotranspiración de superficies dentro del ecosistema (bosques y otros usos de la tierra). Pokam et al. estudiaron cómo el clima de la cuenca del Congo es básicamente el resultado de la humedad del océano Atlántico y el proceso del reciclaje de la evapotranspiración. Estudios anteriores habían determinado que los bosques tropicales como la cuenca del Congo pueden evaporar uno y hasta dos metros de agua por año. Además, las investigaciones de Makarieva et al. sugieren que la cobertura forestal de la región actúa como una bomba, atrayendo la humedad del océano hacia el continente hasta que finalmente se convierte en lluvia en esa región.

Teniendo en mente este rol de los bosques como generadores de lluvia, Nogherotto et al. analizaron los impactos de la deforestación en la cuenca del Congo en ciclos hidrológicos regionales, incluyendo los efectos sobre el monzón africano. Realizaron modelos en los que la cuenca está arbolada y la compararon con otros donde la misma cuenca está deforestada (es decir, un modelo en el que la cobertura forestal es transformada en una cobertura de pasto corto). Sus resultados indican que la deforestación en la cuenca del Congo provocaría modificaciones en el régimen de precipitaciones en el Sahel y sobre el sur del África ecuatorial.

Tomados en conjunto, estos tres estudios muestran cómo la cuenca del Congo actúa como un mecanismo para bombear agua del océano Atlántico, de fuentes subterráneas y del suelo. A continuación estas fuentes se mezclan con el agua presente en la atmosfera, generando precipitaciones a nivel local y subcontinental. Sin los extensos bosques de la cuenca del Congo este proceso se vería gravemente perturbado. Además, estos estudios ayudan a resaltar otras funciones importantes de los bosques de la cuenca del Congo, más allá de la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático.

Con las crecientes pruebas científicas de los múltiples roles que desempeñan los bosques de la cuenca del Congo a escala regional, continental y mundial, se refuerzan los argumentos para la conservación de los bosques, el buen manejo forestal y múltiples fuentes de ingresos que apoyen las diversas funciones de los bosques. Teniendo en cuenta su papel de generadores de lluvia, mantener los bosques de la cuenca del Congo puede ser una de las bases de la adaptación al cambio climático basada en ecosistemas para gran parte de África.